Después de casi 3 años de la declaración de la pandemia, el flujo de transporte de carga marítima ha comenzado a regularizarse entre los principales puertos a nivel mundial. Esto se refleja en una reducción considerable en el precio de los fletes FCL, así como una mayor disponibilidad de espacios en los buques de las navieras más grandes del mundo, quienes hace unos meses atrás cobraban sumas exorbitantes por embarcar, debido a la gran demanda.
No obstante, este no es el caso para el puerto del Callao, destino cuyos fletes se mantienen elevados, encareciendo tanto importaciones como exportaciones. Si bien es cierto que los fletes desde y hacia Perú no se incrementaron en la misma magnitud como en el hemisferio norte, el impacto del costo del flete en el valor total de importación sigue siendo fuerte para el ingreso promedio del país.
Según cifras de la Comisión de Puertos de la Cámara de Comercio de Lima, la brecha en las reducciones promedio de los fletes en otros puertos del mundo y el Callao alcanzan una diferencia del 44%; mientras que otros hubs portuarios han experimentado una disminución de alrededor del 50%, en la ruta a Perú sólo fue de 6%.
Mónica Muñoz, coordinadora de Proyectos y Políticas Públicas de Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), detalla cuáles son los productos que se han visto más afectados por esta coyuntura. «Este escenario de altos precios de los fletes impacta en el costo de los principales alimentos que consumen las familias, tales como el pan, fideo, pollo o aceites, los cuales se elaboran con insumos importados. Es por ello que, cuando se vuelve más caro importar y transportar estos productos, tiene una repercusión sobre los precios de los alimentos», señaló.
La economista agregó que, en el caso de la leche, la nata en polvo y el maíz amarillo duro, se presentaron incrementos en el valor de los fletes por encima del 70%. No obstante, el producto que registró el mayor incremento en el costo de transporte fue el arroz semiblanqueado, llegando a ser de hasta el 150%.
Pero, ¿por qué los precios no bajan a pesar de las disminuciones en los fletes? Muñoz explica que “el puerto del Callao sigue presentando complicaciones logísticas que generan demoras en el embarque y desembarque de mercaderías?, detalló. Por este motivo, se siguen manteniendo altos tiempos de espera en puerto, lo que incrementa los costos de transporte local. Esto, sumado a los incrementos en los precios del combustible por la guerra Ruso-ucraniana y el creciente descontento de los transportistas ante la situación, han generado un conflicto insostenible, que afecta directamente al consumidor final.
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