Debido a la falta de suministros, este año no se auguran grandes ganancias para el sector retail durante el Black Friday y la posterior campaña de Navidad.
Los dos eventos más importantes del año, en materia de ventas, podrían registrar pérdidas millonarias y ahondar la crisis.
Los efectos del estancamiento comercial a causa del Covid-19 se siguen sintiendo. La falta de contenedores, la saturación de los puertos y los altos precios del transporte marítimo han causado que las empresas aumenten su stock de productos para evitar la saturación de pedidos y la posterior logística de estas fechas.
Actualmente, las empresas están pagando casi un 400 % más que en el 2019, para poder traer un contenedor grande desde el sudeste asiático hasta el pacífico, alcanzando precios de hasta 15 mil dólares.
Como consecuencia de todos los problemas de abastecimiento, además de ahondar en sobrecostos de almacenaje, las empresas evalúan la posibilidad de transportar productos por avión.
Esto supondría un aumento significativo en los precios, afectando al consumidor final, trayendo una repercusión directa en la estrategia de ofertas que arrancarán durante el Black Friday.
Sin duda el Black Friday y la Navidad pondrá a prueba hasta qué punto la logística es capaz de sortear los cuellos de botella para llegar, con los menos sobresaltos posibles, hasta el consumidor final.