La transición en Brasil ha comenzado. Tras la victoria de Lula da Silva el pasado 30 de octubre, el país se sumió en un escenario de conflicto, gracias a los disturbios y levantamientos consecuentes del resultado. Diversos grupos de camioneros bolsonaristas y otros simpatizantes del actual mandatario comenzaron a cerrar carreteras y caminos, llegando a registrar 342 bloqueos parciales o totales en los 26 estados brasileros. Así, las autoridades ya han comenzado a tomar acciones luego de que las protestas interrumpieran el tránsito durante más de 12 horas en algunas zonas del país. La Policía Federal de Carreteras de Brasil informó que 156 carreteras seguían bloqueadas hasta este miércoles por la mañana, no logrando despejar los bloqueos en su totalidad.
La Federación Nacional de Distribuidores de Combustibles, Biocombustibles y Gas Natural (Brasilcom) advirtió sobre el riesgo de desabastecimiento de combustibles resultante de estas manifestaciones. “Brasilcom recomienda acciones coordinadas por parte de las autoridades responsables para el desbloqueo urgente de vías y, donde sea necesario, la protección y vigilancia del movimiento de transporte de combustibles, con el fin de garantizar el abastecimiento de las estaciones minoristas, supermercados y hospitales”. También manifiestan que su directiva ya viene trabajando en medidas que solucionen o al menos mitiguen estos problemas, de la mano del Ministerio de Minas y Energía y la Agencia Nacional de Petróleo, Biocombustibles y Gas Natural.
Por otro lado, se especula que apenas el 20% de los manifestantes son camioneros, siendo el resto ciudadanos de diferentes profesiones. Así, las protestas no tendrían un liderazgo directo ni un reclamo específico, ya que algunos de los participantes buscan expresar su descontento con el resultado, mientras que otros defienden un golpe de Estado militar.
En cuanto al transporte general de mercancías, los aeropuertos brasileros han cancelado una gran cantidad de vuelos debido a estas obstrucciones y la falta de combustible, afectando el comercio. Además, este escenario ha afectado embarques, retiros, devoluciones y traslados desde puertos, aeropuertos y almacenes. Sobre cuánto podría durar el paro, «el tiempo es relativo» para los camioneros: «Aquí estamos en casa. Nuestro camión tiene un lugar para comer, un lugar para dormir… Esta es nuestra rutina diaria», expresa Janderson Macarano, transportista partícipe en la huelga.
